El interior de un coche se compone de muchos materiales. Hay metal, plástico, pero también cuero, telas y muchas otras cosas. Cada uno de estos materiales tiene su propia fragancia específica, pero el olor de los coches nuevos procede de los plásticos y adhesivos utilizados para el montaje, que desprenden compuestos orgánicos volátiles. Es interesante observar que, como los materiales utilizados por los distintos fabricantes varían, el olor que se desprende varía de una marca de coche a otra. Y sin embargo, todos ellos huelen a «nuevo». Pero con el tiempo, este olor desaparece gradualmente del habitáculo. Por eso, los fabricantes de ambientadores para coches se esfuerzan por desarrollar productos que les devuelvan ese agradable recuerdo.
La personalización olfativa de la marca. Un concepto en pleno desarrollo y una nueva vía de comercialización para los fabricantes.
Entonces, si el olor de un coche nuevo es sólo una mezcla de diferentes productos, ¿por qué parece gustar tanto a los consumidores? Según el departamento de investigación de colores y materiales de Toyota, se trata más de una reacción psicológica que física: «nos gusta el olor porque nos gusta el coche».
A los conductores que han comprado su coche en el concesionario de coches de ocasión Sevilla Crestanevada, les gusta el olor de su coche porque les recuerda a él. Y aquí vemos la mayor dificultad para los «perfumistas» de coches. Como señalan los investigadores de fragancias de PSA, «al igual que el perfume de una mujer o de un hombre, el aroma de un coche debe reflejar al máximo su carácter y su alma. Pero cuidado, el mismo olor puede ser agradable para una persona y desagradable para otra. Y a veces una fragancia puede ser agradable para una persona en un momento y desagradable en otro.
Evidentemente, esto complica las cosas, sobre todo porque nuestro órgano nasal analiza unos 500 olores procedentes de los distintos componentes del mobiliario a bordo de los vehículos.
Y los empleados del fabricante francés lo precisan: «Nuestro trabajo consiste en controlar la mezcla de olores de los diferentes plásticos y materiales (cuero, Alcantara, carbono, etc.) presentes en el habitáculo. Pero, en contra de lo que podría pensarse, el objetivo no es perfumar los coches. La misión de los especialistas conocidos como «narices» consiste, en primer lugar, en eliminar los conjuntos olorosos demasiado intensos, porque es ahí donde el olor de un coche nuevo se vuelve molesto.
Al igual que sus homólogos de las grandes casas de perfumes, los expertos del mundo del automóvil intentan conseguir armonías olfativas consensuadas que reflejen al máximo la personalidad del coche. Los especialistas de Jaguar lo confirman: «Es imposible que nuestros vehículos no huelan a cuero de plena flor o a las maderas más preciosas.