Llevo mi Chieftain para la revisión de los 8000 y mientras espero en el concesionario, veo este Dark Horse Challenger sentado en el aparcamiento, rogándome que lo pruebe… No pude negarme.
Es una prueba de 30 minutos que os pongo aquí, y mi curiosidad es principalmente por el motor que es un bicilíndrico refrigerado por líquido de 1768 cm3, 178 Nm de par a 3800 rpm y unos 120 caballos. En definitiva, nunca hemos visto tanta potencia en un gran crucero americano, y no hablo de la refrigeración líquida que rompe los códigos de la categoría. Habiendo conocido motores de aire, que me gustan especialmente desde que los probé por primera vez, y motores de refrigeración líquida, espero un motor que empuje más, pero no tendrá tanto encanto como el 116 ci que equipa mi Chieftain Dark Horse.
Estéticamente, encuentro la misma sensación que la Harley Road Glide en el habitáculo: el carenado y la instrumentación parecen más alejados y bajos que en mi Chieftain. Esto no es ni una crítica ni una ventaja, simplemente es diferente. El frontal de este Challenger es voluminoso, más que el batwing del Chieftain, pero este tamaño no choca, las proporciones se mantienen equilibradas y se conserva el aspecto de bagger. Estéticamente está claramente en competencia directa con la Road Glide, como lo puede estar una Chieftain con una Street Glide. Las luces delanteras de este Challenger son un poco especiales, especialmente las luces de circulación diurna. Indian ha querido hacer un esfuerzo estético para diferenciarse de la competencia, pero debo reconocer que prefiero los faros de Harley. Ya que estamos, otra cosa que me molesta son las protecciones de plástico negro de las alforjas. En una moto negra, está bien, pero si eliges un color más llamativo, no queda bien. Yo no tengo eso en mi Chieftain y me alegro de tenerlo.
Al arrancar el motor, se notan los primeros efectos de la refrigeración líquida: el ruido, aunque bastante agradable, no tiene la misma presencia que en los modelos equipados con el 116 ci. El 116 se desploma y tiene mucha potencia al ralentí, aquí es un poco más suave y tiene menos personalidad. Vamos a ver cómo va.
No me voy a andar con rodeos, el motor funciona muy bien hasta el tope del cuentavueltas. Me sorprende que un motor de estas características esté limitado a 5.500 rpm, pero no es algo malo, sigue siendo un crucero americano, y alcanzar altas revoluciones no es el objetivo aquí, indica el concesionario de motos ocasión Málaga Crestanevada. Este tipo de moto se maneja con par motor, y hay casi tanto par motor como mi Chieftain. Pero donde se gana en potencia, desgraciadamente se pierde en flexibilidad: el Challenger empuja con fuerza en todo el cuentavueltas, pero no recoge tanto como el Chieftain, que se encuentra a gusto desde 1.500 rpm, o incluso un poco menos en las marchas intermedias. En resumen, nada sorprendente, es lo que esperaba con una refrigeración líquida y 4 válvulas por cilindro.
Chasis, suspensión, peso, protección… Encontré la misma sensación que mi Chieftain. La burbuja original del Challenger genera menos turbulencias quizás, pero esta observación es válida para mi tamaño y será diferente según el tamaño del piloto. He sustituido la burbuja del Chieftain por una opción un poco más ancha y alta y es genial. La burbuja regulable eléctricamente es una gran ventaja respecto a los modelos de Harley: es un verdadero plus y se monta con gusto cuando se circula por carreteras rápidas.
Una cosa que noté: la caja de cambios del Challenger parecía un poco más suave que la del Chieftain, pero en términos de placer no cambia demasiado.
En cuanto a la frenada, la verdad es que no la he probado, los frenos son para los cobardes. Así que no voy a entrar en ello.
Esta prueba se ajustaba a la idea que tenía de esta moto: empuja, pero no tiene el encanto de un motor de aire de estilo más vintage. Realmente es una cuestión de gustos y puedo entender que algunos prefieran el lado musculoso de una Challenger, pero personalmente prefiero el carácter vintage de mi Chieftain, su ruido más presente y trabajado, y su lado rudo… encuentro que se apega más al espíritu de este tipo de motos. Y el Chieftain y sus 116 ci, aunque menos potentes, tiran lo suficiente de los brazos como para no aburrirse.
Por lo demás, aparte del motor algo inusual, el acabado Indian es algo mejor que el de Harley, la pantalla Ride Command y su GPS de mierda (¡¿cuándo llegará Android Auto?!), y el equipamiento clásico de las grandes Tourer de la gama (control de crucero, 3 mapas, presión de neumáticos…) En cuanto a la comodidad, creo que es la misma que la del Chieftain: puedes salir de día y llegar de noche sin ningún tipo de dolor, ya sea en carreteras pequeñas o en 4 carriles.