La energía solar, ¿la energía del futuro?

Energía gratuita y (casi) infinita: ese es el sueño de nuestras sociedades modernas. Y, sin embargo… ¡esta energía existe! Todo lo que tienes que hacer es mirar hacia arriba. Sí: el sol libera energía cada día. E incluso una cantidad fenomenal de energía. Se calcula que nos envía suficiente energía para cubrir las necesidades del planeta diariamente, casi 8.000 veces. La investigación está empezando a comprender cómo captar esta energía solar, transformarla y transportarla de la manera más eficiente posible. Las tecnologías mejoran cada día… Así que si te has perdido el tren, ahora es el momento de subir a bordo… ¡rápido, te subimos a bordo!

Energía solar: tres tipos diferentes

Los lectores deben estar tranquilos porque no hay tres tipos de energía solar, de tres soles diferentes, de los que nunca hayan oído hablar… Sin embargo, tenemos tres tecnologías distintas para aprovechar el sol.

Energía solar térmica

La primera característica del sol: es caliente. Muy caliente. Alrededor de 4.200 grados en su superficie. La energía solar térmica consiste en captar este calor y transmitirlo, por simple conducción, al agua (por ejemplo, el agua de una piscina, un radiador o un calentador de agua) o al aire (por ejemplo, a través de las paredes de un edificio directamente equipado con colectores).

Energía solar fotovoltaica

La segunda característica del sol es que es brillante. Muy brillante. Es decir, nos bombardea con fotones (partículas de luz) cada vez que aparece en el cielo. El principio de los paneles fotovoltaicos consiste en captar estos fotones (a través de las famosas células fotovoltaicas) y transformarlos en corriente eléctrica. Así, la energía solar fotovoltaica no solo sirve para calentar el agua o el aire de una casa, señala MLG Electrosolar. Puede utilizarse para alimentar cualquier toma de corriente y, por tanto, para hacer funcionar todos los aparatos de uso cotidiano.

Energía solar termodinámica

La energía solar termodinámica es una combinación de las dos técnicas mencionadas anteriormente. Primero se capta el calor y luego, en un segundo paso, se convierte en energía eléctrica. ¿Cuál es el objetivo, crees? Lo cierto es que esta tecnología no está pensada para los particulares, sino para las grandes centrales eléctricas. Estas plantas tienen la capacidad de concentrar la radiación solar (mediante un sistema óptico, como los espejos) para producir mucha más energía que un simple panel. Otra ventaja es que el calor puede «almacenarse» en un fluido térmico. Esto significa que la central puede seguir suministrando energía aunque el cielo esté nublado o esté oscuro.

Este tipo de centrales es relativamente nuevo. Pero cada vez se oye hablar más de ello… ¡La Agencia Internacional de la Energía calcula que en 2050 el 11% de la energía mundial podría proceder de centrales solares termodinámicas!